Esta primera selección de vestidos no me convence demasiado: exceso de volantes, tejidos brillosos, drapeados, tul, etc. sin justa medida. Será que últimamente estoy más metida en el minimalismo que nunca y no termino de verlos... El primer vestido negro es muy aceptable para fondo de armario.
Aquí empiezo a detectar objetos de deseo interesantes: los vestidos asimétricos. Creo que me conformaría con cualquiera de ellos aunque el rosa y el amarillo son absolutamente fantásticos, tanto en lo que respecta a al corte como al color. El floreado rosa tampoco tiene desperdicio con volantes más voluminosos en la parte superior y más relajados en la falda: muy recomendable de cara a una boda de mañana con complementos lisos.
En lo que respecta a abrigos, chaquetas y chalecos el color predominante es el negro con diferentes texturas. Existe un modelo en estampado de cebra sólo en este color o mezclado con blanco. La blusa de gasa posee un aire muy elegante y la falda de volantes (¿de leopardo?) viene con aires ochenteros renovados. ¡La quiero!
tiene una pinta estupenda!!
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